La calidez íntima de Kawakami

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Durante estos últimos años, Acantilado y la excelente traductora al catalán y español, Marina Bornas Montaña, se han encargado de traer al territorio español las obras de esta autora nipona que ya es una de las escritoras japonesas más leídas. Y pese a que su obra no es muy extensa, podemos adquirir la mayoría de ellas en la librería más cercana gracias a esta editorial. Hiromi Kawakami, que empezó su vida profesional como profesora de biología, se ha convertido ya en una autora nipona a tener en cuenta con obras como El cielo es azul, la tierra blanca o Algo que brilla como el mar, todas editadas por la editorial Acantilado, novelas frescas y cercanas como la que hoy reseñamos: El señor Nakano y las mujeres. 


Kawakami nos traslada a una tienda de objetos de segunda mano, propiedad del señor Nakano, donde pasa toda la acción. La voz parlante es Hitomi, una joven japonesa que, a falta de una mejor ocupación, ocupa el puesto de dependiente de dicha tienda y su voz personal e íntima se hace muy característica y llega fácilmente al lector. Nakano es, sin embargo, el personaje alrededor del cual girará la historia, capítulos cortos concentrados en uno u otro objeto. En la tienda del señor Nakano no está solo Hitomi, sino también Takeo, el chico que ayuda en las recogidas de objetos, y la hermana del señor Nakano. Juntos crean un ambiente familiar que Kawakami logra transmitir con facilidad a través de las palabras de esta novela corta. 

La novela tiene un aire melancólico que rodea la ambientación. La historia, que gira alrededor del día a día de una tienda de segunda mano, ya tiende a ello y además los personajes están rodeados de esta aura carismática y melancólica que les confiere Kawakami. Esta cotidianidad es la que predomina durante toda la obra, aunque en ningún momento se hace pesada, si avanza a paso lento, con cuidado en los detalles. Hitomi contempla todo su alrededor con una mirada introspectiva que nos transmite, con un aire de efemeridad, como si pudiera romperse ese ambiente familiar creado alrededor de la tienda del señor Nakano. Esta es una novela de personajes y como tales, Kawakami trabaja muy bien con ellos. Los crea y los mima y se recrea para caracterizarlos bien. Aunque los vemos desde el punto de vista personal de Hitomi, que nos da una percepción muy subjetiva, eso no quita el encanto que tienen y que llegan fácilmente al lector. Los cuatro personajes que confluyen en la novela forman una familia y ese ambiente familiar tan bien recreado por Kawakami es uno de los puntos fuertes de la novela. Cuatro personajes rodeados de objetos revendidos, objetos de personas muertas ya o que guardan tantos secretos como los propios personajes. Estos cuatro personajes que confluyen en un lugar atestado de objetos que ya nadie quiere, son personajes con heridas internas, personajes solos que de alguna forma se reencuentran unos con otros. Sin embargo, la novela gira alrededor de Nakano y a través de la forma que tiene Hitomi de verlo. Las historias de la protagonista giran alrededor de Nakano, de sus amantes, de su hermana, de su trabajo y de su talento tasando objetos antiguos. Así podemos conocer a un personaje muy carismático y su relación con el mundo.  Vemos un hombre que es varios hombres a la vez y cuando el lector cree conocerlo, cuando la propia Hitomi cree conocerlo, nos sorprende a ambos.

Detrás de todas las historias del amo de la tienda, vemos una relación de amor introspectiva y lenta, una historia de amor que apenas avanza y de la que vamos sabiendo poco a poco. Hitomi aprende a verse a sí misma y con ello, ve a Takeo, su extraño y callado compañero de trabajo. Pero aunque es una historia de amor, el amor convencional queda fuera de la ecuación en esta relación. La voz de Hitomi madura a la vez que el propio personaje y esa evolución de los personajes es otro de los puntos fuertes de Kawakami. Mientras Hitomi se busca a sí misma, busca su propia identidad, se irá enamorando lentamente de este personaje que es capaz de caminar bajo la lluvia y que habla más con sus ojos que con sus labios. La relación de ambos está escrita con pequeñas pinceladas que apenas logran contemplar la superficie, pese a que pensamos que conocemos a Hitomi y a Takeo, la relación es suficientemente compleja para no poder atisbar más que el pedazo de iceberg que sale. Y es justamente esa complejidad la que hace de Kawakami una gran escritora, pues aunque nos habla del mismo amor que hemos visto en sus otras novelas, es a la vez completamente diferente. Con un aire melancólico y familiar, el mismo ambiente que rodea toda la novela, Kawakami nos muestra de refilón una historia de amor común, cotidiana, normal y a la vez, compleja.

El señor Nakano y las mujeres es un libro lento, pese a tener tan solo 240 páginas. La escritura de Kawakami es muy cercana al lector, muy íntima y se lee muy fácilmente. Sin embargo, una vez te has adentrado en el libro y en las historias del día a día de esta tienda, te descubres sintiendo con los personajes. Es de esos libros que dejan un sabor de boca placentero al pasar la última página. La pluma de Kawakami es tan introspectiva como se necesita y se adentra en la mente llena de dudas y reflexiones de Hitomi. Logra plasmar a la perfección, con esa sencillez que la caracteriza, la ambientación melancólica que rodea el libro. Leer a Kawakami es como encontrarse con una vieja amiga. Como tomar una sopa caliente en invierno. La sensación de calidez que dejan sus historias no se olvida fácilmente, pese a que en un principio pueda pasar desapercibida. Se quedan en tu corazón y te encuentras acordándote de la novela con cariño meses después de haberla leído. A Kawakami se la lee con facilidad, pese a que las reflexiones y sensaciones que deja al pasar las páginas no desaparecen con tanta facilidad. Es uno de esos libros que se te pegan al alma mucho después de haberlo leído. Un libro de emociones, de sentimientos, un libro que habla mucho pese a que parece que no cuente nada. 
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