Si
nombramos a Godzilla, todos conocemos al famoso monstruo japonés (y que fue
secuestrado para algunos films por parte de Hollywood). Algunos conocerán solo
el nombre, otros habrán visto alguna película, probablemente una de las
terribles y bochornosas adaptaciones americanas. Pero siempre hay nombres,
personas que quedan tras estos símbolos del cine. ¿Quiénes fueron los padres de
Godzilla? ¿Quién dio vida al monstruo nuclear más famoso de Japón? Como gran
fan de las películas de Ishirô Honda, Hiroshi Inagaki, Motoyoshi Oda o Akira
Kurosawa, me dispongo a descubrir al nexo en común de todas estas obras, la
persona que movía las cámaras y que creaba los efectos tan alucinantes, ya sea
con un monstruo enorme pisoteando una ciudad, o un bosque que se mueve en medio
de la niebla; Eiji Tsuburaya fue el artífice de estas genialidades.
Hace dos
días se cumplían 114 años del nacimiento de Eiji Tsuburaya. Google ha creado
uno de sus famosos Doodle
para celebrarlo, en el que podéis construir un escenario y recrear los
efectos especiales que utilizaba Tsuburaya para el film de Godzilla. Pero,
¿quién era Tsuburaya? ¿Por qué es tan importante? Eiji Tsuburaya es conocido
por ser un pionero de los efectos especiales en Japón y por haber dado vida a
Godzilla y al quizá menos conocido Ultraman (aunque los que nos hemos criado
con la cultura de los años 80 seguro que nos suena). Pero no solo de este
famoso monstruo y del superhéroe se encargó Tsuburaya, sino que siempre que
veáis filmes japoneses clásicos donde enormes monstruos o superhéroes o
cualquier otra bestia gigante se enfrentan en encarnizados combates, se trata
de actores disfrazados pisoteando una elaborada maqueta. A través de estas y de
efectos de luz y de cámara, se añadía un gran realismo a estas imágenes. Pero
empecemos por el principio y conozcamos un poco más al padre de los efectos
especiales modernos en el cine japonés.
Huérfano
de madre a los 3 años y con un padre ausente que trabajaba en China, Tsuburaya
se crio con su tío y su abuela. Desde joven creaba maquetas de aviones, un
interés que más adelante se vería reflejado en su carrera. En 1919 y casi por
casualidad, ya que la escuela a la que se había matriculado cerró por la muerte
de su director, consiguió su primer trabajo en la industria del cine como
asistente cinematográfico en la Nihon Katsudou Shashin Kabushiki-kaisha, o más
conocida como Nikkatsu, en la ciudad de Kyoto. Tras unirse al ejército y servir
entre 1921 y 1923 trabajó para Producciones Ogasaware. Acabó siendo el jefe
técnico de cámara en el film Enmeiin no Semushiotoko y fue asistente de cámara
en Kurutta Ippeiji, del director Teinosuke Kinugasa. Pero todo esto fue un
ejercicio preparatorio, una forma de adquirir experiencia a partir de picoteos
aquí y allá, ya que no sería hasta 1927, en los Shochiku Kyoto Studios donde
podría desarrollar su creatividad como cámara. Fue aquí donde empezó a
desarrollar técnicas innovadores en referencia a los efectos especiales en
películas como Chohichiro Matsudaira,
donde aprovechaba diferentes superposiciones para crear ilusiones de cámara. En
1938 Tsuburaya entró a formar parte de los estudios Toho como jefe del
departamento de efectos especiales (que él mismo creó) y a partir del cual
aprovechó para mejorar y expandir sus innovadoras técnicas en el cine.
Pero
toda historia tiene un reverso oscuro, y en este caso, Tsuburaya, no se salva.
Durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Sino-Japonesa, el cine japonés
sufrió muchísimo. Directores como Akira Kurosawa eran censurados continuamente,
ya que sus films eran considerados demasiado occidentales por la crítica
japonesa (algo, por cierto, paradójico, ya que Kurosawa empleaba muchísimos
elementos de tradicionales japoneses en sus filmes) y demasiado japoneses por
parte de Occidente, quien también le rechazó. En Japón, durante la guerra,
proliferaron los films propagandísticos. Tsuburaya trabajó en muchos de ellos,
creando los efectos especiales e incluso dirigiendo varios filmes de propaganda
para el departamento de films educacionales de los estudios Toho, creado por
parte del gobierno imperial. Algunos de estos títulos son Kôdô Nippon (1938), Kaigun
Bakugeki-tai (1940), Moyuru Ôzora (1940),
Hawai Mare Oki Kaisen (1942), Kessen-no Ôzara-e (1943) y finalmente Kato Hayabusa Sento-Tai (1944). En el
libro escrito por August Ragone, se cuenta una anécdota que bien podría ser un
mito, o realidad. Se dice que el trabajo de Tsuburaya era tan impactante en la
época que el general McArthur vendió parte de este metraje propagandístico a
Frank Capra para su uso en los noticieros Movietone como si fueran imágenes
reales del bombardeo a Pearl Harbor. Personalmente no entraré a discutir esta anécdota pero sí que podemos
sacar una conclusión de ello y es lo impresionante del trabajo de Tsuburaya y
cómo su nombre y su labor estaba extendida enormemente. Pero tras la Segunda
Guerra Mundial, Tsuburaya tuvo grandes dificultades para encontrar trabajo
debido a su afiliación con la propaganda. Aun así y debido a su enorme talento
acabaría volviendo a trabajar en la compañía Toho, listo para realizar uno de
los films que lo inmortalizarían.
Hay un
film en concreto por lo que Tsuburaya es conocido. Godzilla (ゴジラ) dirigida
por Ishirô Honda y producida por Tomoyuki Tanaka, granjeó rápidamente gran
popularidad. En este film se utilizó a un hombre disfrazado de Godzilla
vistiendo un enorme traje de goma, esta técnica asociada al género kaiju (películas de monstruos gigantes)
se apodó como suitmation (de suit, disfraz y animation, animación) por la prensa. Esta técnica que consiste en
combinar actores disfrazados actuando sobre maquetas, con filmaciones de
maquetas y figuras, se sigue utilizando hoy en día, aunque de una forma mucho
más avanzada y con grandes dosis de CGI. Tanto es así que es considerada una
forma tradicional japonesa de efectos especiales y hay personas que se dedican
exclusivamente a ello. Este film le catapultó a la fama y fue un momento clave
en su carrera, a partir de aquí, su
firma estará en films que han pasado a la historia como obras maestras de la
historia del cine. El impacto que supuso un film como Godzilla en Japón fue inmediato, y es que los efectos especiales
(cámara, escenario, disfraces…) eran algo novedoso, que dotaban de un realismo
una película cuya trama trataba de algo tan fantástico como irreal, un monstruo
gigante (no entraré en los detalles metafóricos y simbólicos de la película,
pues prefiero para este artículo quedarme en la parte que toca a Tsuburaya). Godzilla
se convirtió en un icono creando una saga de filmes de ciencia ficción donde
iban apareciendo nuevos monstruos a cada nueva película. Godzilla dejó de ser
la amenaza nuclear para ser el protector de Japón. Pero este tema lo
abordaremos en un futuro artículo. Tsuburaya participó en más de sesenta films
como técnico de cámara, de efectos especiales o incluso de director. En 1957
ganó un nuevo premio debido a sus efectos especiales y en 1959 ganó un premio
por crear el Toho Versatile System,
una impresora óptica para imágenes de gran escala. Tsuburaya continuaría
trabajando para los estudios Toho hasta su muerte en 1970 por un ataque al
corazón.
Nota: Este artículo ha sido escrito usando como referencia directa el libro
de August Ragone, titulado ‘Eiji Tsuburaya: Masters of Monsters: Defending
the Earth with Ultraman and Godzilla’ (2007) publicado por Chronicle Books (San Francisco,
California.)
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