En estas primeras novelas, Hasegawa (Hayashi) escribía historias
de chambara (capa y espada) al más
puro estilo de Alejandro Dumas. A principios de siglo XX estas gozaban de gran
popularidad en Japón y estos folletines de aventuras protagonizados por
samuráis y rônin se hicieron populares de forma casi espontánea. Las novelas
protagonizadas por Tange Sazen consiguieron gran popularidad en un breve
espacio de tiempo. Sazen representa el papel de anti-héroe (o de villano,
hilamos fino) en estas historias. Su carácter sarcástico le infunde un gran
carisma que caló rápidamente entre los lectores de Hasegawa. La publicación
folletinesca permitía al autor escirbir en función de la demanda del público,
es decir, qué personajes eran más populares o qué tipo de trama gustaba más.
Sazen batía todos los records. Tanto fue así que poco después de publicarse los
primeros folletines, las compañías cinematográficas japonesas se peleaban por
los derechos de adaptación de estos.
Tange Sazen es un rônin cuya motivación es la del propio
beneficio. Se caracteriza por ser manco del brazo derecho y tener una enorme
cicatriz en la cara que le deja tuerto de un ojo. Esto le otorga una apariencia
agresiva y de rechazo entre el resto de población. Sazen se relaciona con la
peor calaña de Edo. Ladrones, prostitutas, prestamistas y mercenarios serán los
personajes secundarios que acompañarán a Sazen e interactuarán con él. Sazen no
es una persona justa, tampoco siente el impulso del honor tan necesario en el bushido. Su única meta es cumplir sus
propósitos y si necesita asesinar y traicionar a cualquiera que se le
interponga, no va a dudar un instante en hacerlo. Al principio de esta novela,
Sazen deja un reguero de cadáveres en una persecución. Cuando más tarde le inquieren
sobre ello, apenas dedica un leve encogimiento de hombros. Su respeto por la
sociedad es nulo y su sarcasmo irreverente.
El estilo del libro no es nada destacable, teniendo en
cuenta que eran historias destinadas al fast
food literario, uno no debe entrar en la lectura esperando demasiada
complejidad narrativa. Si es cierto que los trucos que usa Fubo Hayashi para
mantener la tensión durante la trama le permiten a la obra mantener un ritmo
muy bueno. La lectura es rápida y antes de que nos demos cuenta el libro se ha
terminado dejándonos con ganas de más. El autor recurre a muchos flashback para explicarnos el pasado de
los personajes y a su vez consigue que estos tengan cierta evolución durante la
historia. Personajes que parecen hieráticos, como podría ser Ofuji, la
delincuente enamorada de Sazen, tiene varios cambios muy interesantes. Es quizá
el propio Sazen, el protagonista, uno de los personajes que menos aparecen en
la obra hasta casi el final. Sería justo decir que los verdaderos protagonistas
del libro parecen ser el juez y Gamo Taiken. Incluso Eizaburo, el justo samurái
que trata de recuperar la katana robada por Sazen. De hecho es curioso que
Sazen fuera tan popular debido a su poco carismática actitud, y no me entendáis
mal, no trato de decir que sea un mal personaje, pero durante el libro roba,
asesina, viola y tortura. Es cierto que Sazen rompe el estereotipo del samurái justo
que se guía por el código del bushido
y cuya única meta en la vida es servir. Fubo Hayashi aprovecha a Sazen para
destapar toda la capa de mugre que hay bajo esta clase social. Sazen, es quizá
el único hombre realmente libre, aunque para ello deba ser considerado un
criminal por la sociedad que le rodea.
En conclusión La
katana del lamento es una novela con una ambientación oscura, repleta de
personajes oscuros y con matices. Además existe cierto punto sobrenatural que
colocaría el elemento fantástico a la obra. Las katanas del lamento parecen
tener cierto tipo de voluntad, como si de un cuento o una leyenda se tratara. La
edición con la que Satori nos presenta el libro es, una vez más, excelente. La
portada tiene la muy bien escogida ilustración de Tomiya Oda. La excelente
traducción está a cargo de Akihiro Yano y Twiggy Hirota, que, sin aportar
demasiadas notas a pie de página, consiguen dejar una gran variedad de términos
en su idioma original sin que esto dificulte la lectura. Para finalizar,
comentar el interesantísimo epílogo del ya conocido por los que frecuentamos
esta editorial, Jesús Palacios, que nos hace un repaso histórico del chambara, de Fubo Hayashi y de Tange
Sazen. En definitiva, un volumen sorprendente y único. Si os gustan las
historias de samuráis donde la moral queda desdibujada por enormes manchas de
sangre, La katana del lamento es un
acierto seguro.
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