La
tradición del cuento de misterio y de la novela policíaca en Japón recorre
derroteros completamente diferentes a los que seguimos en Occidente. Ya sea en
la literatura con autores como Edogawa Rampo, en el anime y manga con obras muy
conocidas como Death Note o Detective Conan o incluso en el cine con directores
como Akira Kurosawa. El género de misterio, policíaca y novela negra es de los
más populares en Japón. No es de extrañar pues, que en la literatura que nos
llega desde este país tengamos joyas contemporáneas como Out de Natsuo Kirino. Estos géneros se complementan a la perfección
cristalizando en un estilo muy peculiar que suele ser fácilmente identificable.
En esta misma web, Carlos Bassas ha escrito la primera parte de un artículo
dedicado a la tradición de la novela negra en Japón.
The Tokyo Zodiac Murders es una novela policíaca escrita
por Soji Shimada (1948- ), un autor de novelas policíacas que necesitan del uso
de la lógica para ser desentrañadas. Su primera obra fue la presente, Senseijutsu Satsujinjiken jiken: kakioroshi, chōhen suiri shōsetsu (占星術殺人事件,
1981, Kodansha Press) titulada en inglés, The
Tokyo Zodiac Murders. Esta obra fue finalista del premio Rampo Edogawa.
Además tiene una serie de novelas protagonizadas por el detective Miratai y
otra por el detective Yoshiki, ambas de gran popularidad en Japón. Ya en su
primera obra deja claros los temas que va a tratar en sus casos policiales,
tales como la pena de muerte en Japón y aspectos culturales confrontados en la
cultura popular japonesa. Es curioso porque Shimada también cultiva el género
policíaco de humor, con títulos como Soseki
y los asesinatos de la momia de Londres (漱石と倫敦ミイラ殺人事件,
Soseki to Rondon Mira Satsujin Jiken. 1984, Shueisha Press). Actualmente,
Shimada está colaborando en un proyecto junto a Masamune Shirow (ilustrador y
guionista de mangas como Ghost in the
Shell, o Apleseed).
Soji Shimada es un autor que todavía no ha
sido traducido al español, y en inglés esta obra es la única que se puede
encontrar traducida. Quizá porque los editores piensen que no hay un público en
Occidente para este tipo de novelas, o por cualquier otro motivo, sus obras no
nos han llegado todavía. Esta novela fue publicada en 1981 y traducida al
inglés en 2004. Conocía el autor de oído y de haber repasado los índices de
antologías o artículos que hablaban sobre la novela policíaca, así que mi
sorpresa al encontrar este tomo en la biblioteca fue enorme. Pero pasemos a la
obra.
The
Tokyo Zodiac Murders empiezan con una nota previa del autor el
cual insta al lector a una metalectura. Soji Shimada informa que todas las
claves para resolver el misterio son ofrecidas al lector al principio del libro
y ofrece el reto de resolver el caso antes de terminar el libro. Este tipo de
metalectura es algo que puede descolocar al principio, pues uno no sabe si se
trata de parte de la obra o es un reto verdadero. Este tipo de reto, para
cierto lector puede suponer cierta presión que afecte al inicio de la lectura.
En mi opinión y si no sois grandes conocedores de cartografía, astrología y
matemáticas, creo que se puede y debe ignorar. Es cierto, no obstante, que este
reto otorga originalidad a la obra e incluso cierto divertimento que en una
novela de misterio no podríamos obtener. La novela se inicia pues con una carta
escrita por el presunto criminal, donde confiesa su intención de cometer
ciertos crímenes. Estos asesinatos son descritos con frialdad y son impactantes
y atroces, pues describe con detalle cómo pretende descuartizar a todas sus
hijas para formar la mujer perfecta que se alinee con los astros. El autor de
esta carta confiesa estar poseído por un ente malvado que le incita a cometer
estos actos y cree que culminando esta obra podrá liberarse mediante el
suicidio.
Detalle del interior del libro. |
Este libro tiene descripciones y escenas
muy explícitas y que pueden llegar a ser algo perturbadoras, sobre todo por la
manera tan fría que el narrador tiene de explicarnos el caso, describiendo
escenarios como piezas de un puzle en vez de un crimen. No quiero decir con
esto que no se analice la cuestión moral, ya que tiene un gran peso en la
historia, pero es cierto que el autor trata de ser lo más detallista
posible a través de los ojos del
detective. El argumento central ocurre en 1979, pero trata sobre unos crímenes
acontecidos en 1936. Una de ellas fue el artista Heikichi Umezawa (el que
escribe la carta con la que empieza la historia). Su muerte queda como un
completo misterio para los investigadores. Tras este hecho, las seis chicas que
Heikichi planeaba asesinar desaparecen para ser encontradas asesinadas. A cada
una de ellas les falta una parte del cuerpo. El crimen parece ser el mismo que
Heikichi planeaba en su carta, pero lo extraño es que él muere antes que estos crímenes
tengan lugar.
Portada de la edición japonesa. |
Antes de leer esta obra, me habían alertado
sobre la traducción, pero es justo decir que me ha parecido un trabajo más que
destacable. Podría decir pues, que el estilo de Shimada es impresionante. Su
prosa es fluida y repleta de detalles; fría en ocasiones, visceral en otras.
Además juega con el lector de forma muy inteligente, escondiendo pistas en el
propio texto que solo un lector curioso encontrará. Una de ellas lleva a un
giro de guion muy bien llevado y cuya resolución es digna de aplauso. Shimada
otorga a sus personajes gran profundidad psicológica, sobre todo al personaje
principal, el detective Kiyoshi Mitarai, cuyo sentido del humor y sarcasmo
consiguen dar un toque cálido a lo macabro del relato.
En conclusión, creo que esta obra debe ser
leída por cualquiera que disfrute con Sherlock Holmes. Se trata de una obra que
ha inspirado animes como el anteriormente nombrado Death Note. El estilo es engañosamente sencillo, apostando más por
una trama complicada y llena de giros que por una escritura cargada. The Tokyo Zodiac Murders es una obra
llena de carácter y un gran ejemplo de crear una buena trama, sólida y repleta
de giros, carente de esos odiosos Deus Ex Machina. Shimada es una asignatura
pendiente para los editores españoles.
0 comentarios: