Quaterni es una editorial imprescindible en el país para los aficionados a la literatura japonesa. Su extenso catálogo muestra una variedad temática muy interesante además de haber apostado por autores españoles (tres, hasta la fecha, Carlos Bassas, Sergio Vega y César Vidal). Además como dato interesante acaban de iniciar una colección de adaptaciones manga de clásicos como Yo soy un gato o Kokoro, de Natsume Sôseki. En su catálogo además hay referentes ineludibles de la literatura japonesa como Miyuki Miyabe, Eiji Yoshikawa, Ryûnosuke Akutawa, Osamu Dazai, Kenji Miyazawa, Okamoto Kidô o Ikku Jipensha entre muchos otros. La obra que os traemos hoy aquí es una antología que reúne relatos de tres autores considerados referentes en Japón, autores que son leídos en la escuela secundaria y en la universidad. Os hablo de Akutagawa, Osamu Dazai y Kenji Miyazawa.
Pero Quaterni no sólo apuesta por autores de referencia y de sobra
conocidos, en su catálogo encontramos autores que han pasado más desapercibidos
como Kidô Okamoto, Yû Nagashima, Hideo Okuda o Fûtarô Yamada, por poner algunos
ejemplos. Entre todos ellos la editorial ha conseguido crear un fondo potente y
firme que da coherencia al catálogo del sello. La Antología de
relatos japoneses no es la primera antología que publica Quaterni.
Podemos encontrar en el catálogo: Relatos de Samuráis de
Asataro Miyamori y Kan Kikuchi, Mitos
Populares de Japón. Leyendas de Tôno de Yanagita Kunio o Fantasmas y samuráis de
Okamoto Kidô. Estos son solo algunos ejemplos de las arriesgadas e interesantes
apuestas que hace la editorial. Pero la antología de la que hoy hablamos tiene
algo especial y es que contiene relatos de tres autores emblemáticos,
interesantes y profundos.
Estos son Ryûnosuke Akutagawa, este autor
da nombre a uno de los premios más importantes de Japón y es un clásico leído
tanto en la escuela como en la universidad en asignaturas de literatura,
filosofía, ética o cultura.. Un autor extraño y oscuro que muestra parte de la
sociedad desde un punto de vista casi místico. Osamu Dazai, autor detallista, dulce y conmovedor
del que podéis leer obras en Satori o Impedimenta. Sus obras pueden pasar de la
crítica más irreverente a la dulzura de un relato social conmovedor. Fue un
autor muy interesado en la sociedad de su época, interesándose por el
papel de la mujer en la misma, las políticas sociales japonesas o el
cambio cultural de su país. Y por último, Kenji
Miyazawa, poeta de haiku y escritor de literatura infantil, su obra está
repleta de referencias directas a la mitología japonesa, o mejor dicho,
al folclore local.
La antología empieza con un relato de Akutagawa que podría
considerarse casi novela corta, en la que un amigo cuenta como fue a una
anciana vidente para pedir consejo. La anciana hace una premonición y el
protagonista se enfrenta a ella. Un
relato que muestra que en tiempos modernos, los japoneses son terriblemente
supersticiosos y cómo esto puede llevarlos a la ruina. En esta línea van los siguientes
relatos del autor. Describiendo escenas que podrían ser de lo más mundanas de
forma extraña y misteriosa, demostrando solo con el lenguaje que hay algo más,
algo escondido y recóndito entre los hechos. Quizá el más interesante para mí
ha sido el relato que trata el mito del dopplegänger llamado Las
dos cartas. En él un hombre envía dos cartas al departamento de policía
solicitando ayuda debido al acoso del doble. La carta tiene un tono de súplica
muy intenso y pronto nos veremos envueltos en una atmósfera incómoda.
Osamu Dazai es el siguiente autor en la lista y aunque de las 215
páginas totales, 130 están dedicadas a Ryûnosuke Akutagawa, los relatos de Osamu son intensos a
la par que breves. Por ejemplo en Mañana un hombre no
acaba de diferenciar entre lo extraño y sobrenatural o el simple hecho de estar
ebrio. De hecho nosotros como lectores tan solo tenemos el punto de vista del
protagonista y deberemos discernir qué es real o qué no lo es. Es así como la
vida cotidiana y lo extraño hacen una simbiosis en los relatos de Dazai, dejando
siempre el final abierto para la libre interpretación del mismo. Sumando a esto
la increíble habilidad del autor con la narrativa, los cuentos de Dazai empiezan con
una premisa aparentemente poco interesante, pero hasta que no terminamos el
relato no nos damos cuenta de lo sumergidos que estábamos en la historia y de
lo mucho que nos ha impregnado.
El comisario al que gustaba restregar veneno es
el primer relato de Miyazawa que nos encontramos. Podemos ver una de las
grandes características del autor: el tema del trabajo rural. Y es que Miyazawa
estaba muy interesado en este estrato de la población, supuestamente
analfabeta, ya que él
consideraba que la gente del campo contenía una forma de sabiduría poco
valorada en el momento, además de valores que declara perdidos en Japón. El relato nos explica cómo en
cierta zona de Japón cazan poniendo un veneno natural en el agua que obliga a
los peces a salir a la superficie todavía vivos. En el final del relato vemos
ese atisbo de locura que tiene el comisario, tema que al autor le gusta
explorar. Los límites de la entereza humana.
Como es costumbre en Quaterni, al
final de la obra tenemos un extenso glosario de términos usados en las obras que nos ayudarán a esclarecer qué
significan muchas de las palabras o dónde están algunos de los lugares
nombrados durante la narración. Es digna de mención también la
preciosa edición que hace Quaterni con sus libros transformándolos en objetos
de deseo, además de en continentes de una obra.. Tenerlo entre las manos es una
experiencia más. Sobre la traducción no voy a comentar nada más que un par
de impresiones. Yo no hablo japonés ni sé leer kanji, por lo que no puedo hacer
una valoración muy profunda de la traducción. En la introducción a la novela se
nos avisa de que hay construcciones narrativas o palabras que nos pueden sonar
extrañas o arcaicas, y es cierto Sobre todo en el primer relato de Ryûnosuke o
en el relato de Las dos cartas vemos precisamente esa
narración extraña y para nada fluida que a alguno puede echar para atrás.
Antología de relatos japoneses es una gran
antología y una apuesta arriesgada, ya que en España parece que hay cierto
temor editorial a las antologías. He podido leer algunos de los relatos tras
los que iba desde hace tiempo o releer otros que había leído en inglés. Una
obra que espero no pase desapercibida y que recomiendo a todo aquel lector de
literatura japonesa o al lector que busque algo diferente, extraño y escrito
con maestría. Una muestra en forma de narrativa breve de la respuesta a la
pregunta: ¿Por qué estos autores son considerados maestros?
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