Ya se ha
estrenado la nueva temporada de Dragon Ball, títulada Dragon Ball Super.
Algunas páginas se han dado mucha prisa en subtitular el capítulo de estreno y
gracias a ellos hemos podido disfrutar de él.
Pero vamos al grano, este post es una reseña del primer capítulo de la
serie. Probablemente seguiremos haciendo este tipo de posts a lo largo de la
serie y solo se verán interrumpidos si los capítulos son insulsos,
descaradamente de relleno o si nosotros dejamos la serie a medias por falta de
interés. Son más de 100 capítulos, por lo que habrá veces que haremos la reseña
de varios capítulos en un solo post.
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En esta reseña hay leves spoilers.
En la reseña
del anterior episodio nos quejábamos de lo poco que se ahondaba en la trama,
como principal problema. Sumado a un tratamiento algo estúpido de los
personajes, colocándolos en escenas absurdas que simplemente los ridiculizan.
En este nuevo episodio tenemos más de lo mismo, pero esta vez con Vegeta y
(personajes que no aparecían en el anterior episodio) y Kaito. Se trata de dos
episodios introductorios que nos presenta el tono general de la serie. Dragon
Ball Super en estos dos primeros episodios ha intentado recuperar el humor de
la serie original de Dragon Ball, poniendo a sus personajes ante situaciones
absurdas, pero hay algo importante que parece que se ha olvidado Akira
Toriyama, y es que Dragon Ball brillaba
por ese humor intransigente, con bromas que podían hacerte llorar de la risa.
En Dragon Ball Super tenemos simplemente situaciones absurdas sin ningún tipo
de humor, pero no juzguemos demasiado rápido, si a algo nos tiene acostumbrados
Dragon Ball es al relleno y a las tramas que avanzan a paso de tortuga.
Vegeta
protagoniza este segundo episodio en una situación cotidiana y algo anodina.
Teniendo en cuenta que este episodio ocurre al mismo tiempo que el primero y que
ambos tienen una meta: el cumpleaños de Bulma. Vegeta, Bulma y su hijo Trunks
van a una isla comercial repleta de tiendas, restaurantes y centros
comerciales. Vegeta, gracias a su mal humor, termina hastiado de la situación y se marcha del lugar para entrenar. Su orgullo
y naturaleza saiyajin le obligan a mejorar para superar, como de costumbre, a
Goku, su principal rival y amigo. Ser saiyajin obliga a ambos a entrenar sin
descanso, como Goku comenta durante el capítulo, aunque hayan vencido a Buu,
puede haber más amenazas ahí fuera y necesitan estar listos para enfrentarse a
ellas. Bills, por su parte, sigue junto a Wills destruyendo planetas por puro placer. La amenaza empieza a crecer. Este segundo episodio no tiene más, es simple, sencillo, introductorio
y, por qué negarlo, aburrido.
En el tercer
episodio, vemos por otro lado que Goku sigue su entrenamiento en el planeta de
Kaito donde dejará su ropa de granjero para… ¡Vestirse con un chándal! Algo
chocante para los que seguimos esta serie desde los inicios. Pero este capítulo
está mucho más enfocado al que parece ser el villano de esta temporada, Bills,
el Dios de la destrucción. Tras agotarse de destruir planetas junto a Wiss
deciden volver a su planeta de origen/guardia/algo extraño donde habitan estos
dos personajes. Vemos cómo Bills tiene un dilema y es que Wiss le ha advertido
sobre el Super Saiyajin God (el dios de los super saiyajin) el cual acaban de
descubrir que reside en la Tierra. ¿Se tratará de Goku, Vegeta, Gohan? Todo un
misterio muy interesante que se irá desvelando gradualmente en los siguientes episodios.
También conoceremos más sobre los propósitos de este personaje que ya
protagonizó la película de animación Dragon
Ball Z – La batalla de los dioses.
En definitiva, nos encontramos con un segundo episodio bastante aburrido que contraste con el tercero donde se empiezan a desvelar elementos clave de la trama que está por venir. Personalmente lamento el tono infantil y absurdo que les han otorgado a muchos personajes. Es cierto que Dragon Ball siempre ha sido una serie par jóvenes y niños, pero el público fiel hace 15 años ya que seguimos esta serie y un pelín de evolución acorde a este incremento de edad estoy seguro de que se agradecería y sería mucho más cómodo de ver.
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