Me encanta la
ciencia ficción. No es ningún secreto. Quienes me conocen saben que además me
pirra lo asiático (no solo Japón, también Corea, China y Taiwán), así que no
les debe de extrañar lo tontísima que me pongo cuando doy con una producción en
la que se combinan ambos, independientemente de si luego resulta bueno, o un
truño. Lo que sí es cierto es que las mayores satisfacciones me las he llevado
por parte nipona.
Desde muy
jovencita (tal vez a los doce años o así) quedé fascinada por la ciencia
ficción japonesa gracias a distintos ovas y películas de anime que descubrí en
el videoclub. Por supuesto, devolví los VHS echando humo. Macross, Alita, Appleseed... Ni qué decir tiene que a
mis treinta y nueve años ya, la lista de favoritos es bastante amplia a estas
alturas, aunque hoy no quiero hablar de la buenísima (y a veces rallante)
ciencia ficción que se puede encontrar en el anime. Eso, quizás, otro día. Y es
que si hablamos de producción audiovisual, os aseguro que hay vida más allá del
anime, y no solo en cine, sino también en televisión. Del primero, a España
llega bastante poco; en cuanto al segundo... ya ni hablamos. Solo diré: bendito
internet, gracias por existir.
Si la memoria
no me falla, la primera peli cifi japonesa que vi fue Tetsuo (1989, la de 2009 aún no la he visto). Aquello era raro de
narices (y repugnante en ocasiones), pero debió de ganar la fascinación sobre
el asco porque acabé viendo la secuela. La historia de esta segunda entrega se
entendía mejor, pero la etiqueta de Serie B (qué digo B, Z por lo menos) la
convertía, más que en cifi, en algo tipo Tokyo
Gore Police (que también me vendieron como ciencia ficción, aunque claro,
si me hubiera fijado más en el título...).
Ahora bien, la
película que de verdad de la buena me hizo decir «¿Dónde hay más droga de esta?
Póngame dos», no fue Battle Royal
como algunos puedan pensar (no sé cómo será la novela, pero en la película la ciencia ficción es anecdótica), sino Returner.
Alienígenas, viajes en el tiempo, cachivaches, batallas... ¡y efectos
especiales decentes! Es posible que quienes la hayan visto (o la vean después
de leer esto) digan que no es para tanto, pero tenéis que comprenderme: aparte
de pelis de samurais (algunas de corte fantástico), terror y algún que otro
género de tipo realista, de ciencia ficción en imagen real no había nada más en
aquella época, y encima, esta era un producto más que aceptable (también salió
poco después Casshern, pero fue una
tremenda decepción).
Lamentablemente,
a España sigue llegando poco, aunque hace un par de años, por fin, irrumpieron
en el mercado un par de distribuidoras especializadas en cine asiático. No
obstante, de títulos cifi hay poco: la adaptación de Space Battleship Yamato, las dos de Gantz, la trilogía de 20th
Century Boys (que me parece sobrevaloradísima) y... para de contar. Bueno, pronto
llegará Capitán Harlock, aunque,
personalmente, me pareció una adaptación semi decente y fallida como película
(a menos que sepas de qué están hablando, el argumento no se entiende; eso para
empezar). Pero quién sabe, quizá con un poco de suerte veamos en DVD la
interesante Libray Wars, por ejemplo,
y creo que Parasyte tiene
posibilidades; porque aquellas que son anteriores a 2013 (y mucho menos las
clásicas de los 90) mejor nos olvidamos. Ah, y que nadie mencione Shingeki no kyojin (Ataque a los titanes), por favor. Sí, sí, también es cifi (o al
menos sigo convencida de ello); sí, sí, ya está confirmado que habrá DVD/BR en
España, pero... la puedo recomendar como curiosidad, porque como peli es floja,
floja.
Anda, mira, ya
tengo excusa para hablaros otro día de buenas pelis/series que son adaptaciones
de manga/anime/novelas (hay porrón) y las que ni son buenas pelis, ni buenas
adaptaciones, ni nada.
Esto... Vamos a
ver, Felicidad, llevas un buen rato «hablando», citando títulos para que nos
quede claro que has visto mucho, pero no estás entrando en materia; no nos
estás hablando de cifi nipona en realidad.
Cierto, pero en
mi defensa diré que estaba todo calculado. Y es que, para los amantes de Japón,
es muy probable que todo esto que estoy contando no sea nuevo, aunque está bien
mencionarlo para que nos entendamos (sobre todo por gustos personales). Cine y
anime/manga es lo más consumido/buscado; la literatura se está abriendo paso,
es verdad, pero tengo comprobado que no son muchos los que se interesan por las
series (dorama), o ni siquiera saben
que existen webs que se nutren de este pequeño formato. Una lástima, porque se
pueden encontrar pequeñas joyas, algunas de ellas cifi, que merecen un
reconocimiento especial.
De eso, y no
otra cosa, es de lo que os quería hablar. De dos títulos, dos series que, en mi
humilde opinión, pertenecen al rango de clásicos y que todo amante de la cifi,
con curiosidad más allá de lo autóctono o lo anglosajón, debería conocer: Bokura no yuuki – Miman toshi (tal vez
la encontréis por ahí como Las llaves de
la ciudad) de 1997 y Long Love Letter
de 2002.
Hay dos aspectos
de la ciencia ficción nipona que, para mí, destacan sobre los demás: el que se
centra en balancear ciencia/alma (los términos son cosa mía, espero que se
entienda lo que quiero decir) y el que habla de la contraposición
individuo/sociedad. En ocasiones se combinan ambos, y el resultado, como he
repetido hasta la saciedad, es tan fascinante como raruno.
En este caso,
los dos títulos se centran en lo segundo: individuo/sociedad. Y es que una
temática que he visitado bastante es: el mundo que conocíamos ha desaparecido,
¿seguimos con las mismas costumbres, o las cambiamos? Tenemos que pensar,
además, en la perspectiva japonesa (si habéis leído sobre su reacción tras la
SGM lo entenderéis mejor, si no, recomiendo la lectura de El crisantemo y la espada); véase, algo ajeno ha irrumpido en
nuestras vidas y solo tenemos dos opciones: asimilarlo hasta hacerlo nuestro, o
perecer.
Puede que no lo
creáis (yo tampoco, teniendo en cuenta lo poco romántica que puedo llegar a
ser), pero de esos dos dorama, el
primero que vi fue Long Love Letter.
Es posible que estuviera de bajón y el título moñas me importara poco, aunque
sí recuerdo pensar «¿Qué ñoñada de
instituto es esta?», y al terminar el primer capítulo exclamar «Pero ¿qué
coñ...?». Haceos una idea: típica historia juvenil de adolescentes, con un par
de profes que se ailovian pero no lo
dicen, y de repente... ¡toma! Portal temporal que te traga (aunque los protas,
ni tú, lo saben de momento). Siguiente capítulo: estás en el mismo instituto, no
hay nadie, todo a tu alrededor es desierto y no tienes qué comer ni beber.
Final del capítulo dos: unas criaturas chungas atacan. WTF? Y esa es la
historia que sigue a continuación: te sigues comportando como un imbécil, o
reaccionas. ¿Qué pesa más: el bien individual, o el colectivo? Luego llegas al
capítulo once (el último) y lloras como un/a idiota no solo porque entonces
entiendes el título de la serie, sino porque te preguntas «¿Han arreglado el
futuro de mierda que nos espera, o todo el esfuerzo y el sacrificio han sido en
vano?». Hacedme caso, la serie merece la pena aunque no estéis acostumbrados a
la sobregesticulación que a veces parece más de anime que de gente común. Es
una oda a la superación personal en un ambiente hostil y carente de esperanza,
pero en especial: cifi wena cuando
juntas todas las piezas.
En cuanto a Bokura no yuuki, admito que me costó
decidirme a verla (me parecía demasiado «vieja» y con evidente poco presupuesto),
pero lamenté haber tardado tanto. Estamos hablando de un El señor de las moscas en versión japo; y sí, cifi, donde una
extraña enfermedad mata a todos los adultos en una ciudad y los jóvenes quedan
aislados del mundo exterior.
Dejando de lado
la aparición de esta peculiar plaga, hay dos temas muy bien tratados: por una
parte, la disyuntiva entre acción/conformismo; y por otra, nuevo/viejo. Es
decir, rebelarse contra el adulto que nos mantiene encerrados y nos amenaza con
castigarnos si nos atrevemos a salir del perímetro que nos ha marcado, o acatar
sus normas; y la idea de por qué voy a seguir aceptando unas reglas sociales
cuando está claro que el mundo ha cambiado (vamos, no voy a obedecerte solo
porque seas mi senpai, eso era antes;
¿acaso te has ganado mi respeto?). Es verdad que luego queda todo muy happy, pero el trayecto merece la pena.
¿Y la cifi?
¿Dónde está la cifi? Cierto es que la parte científica está bastante diluida y
que el escenario per se es solo una
excusa, pero la parte de especulación social es muy marcada y... ¿qué queréis
que os diga? Es precisamente la ciencia ficción la que más ha desarrollado
estos asuntos, y ese es uno de los motivos por los que me gusta este género.
Sé que podría
haber añadido otra serie al listado como Zettai
Kareshi (también conocida por los títulos Absolute Boyfriend o Mi novio
es un robot) que, aunque parece que tira mucho de la parte romántica, lo
cierto es que tiene bastantes elementos asimovianos. No obstante, creo que por
hoy ya me he enrollado bastante. Otro día, más. Solo me queda esperar que
alguno de estos títulos haya despertado vuestra curiosidad.
0 comentarios: